Foto: Diario Libre
Al iniciarse próximamente el nuevo semestre, La Universidad
Autónoma de Santo Domingo (UASD), cuna de la educación superior, y patrimonio
histórico de la humanidad en la República Dominicana, nos muestra un
espectáculo deprimente. En los actuales momentos la universidad presenta un
descuido total en su entorno y áreas aledañas, debido a que las entradas a esta
alta casa de estudios, han sido convertidas en algo muy parecido a un mercado de
pulgas.
El caos, hacinamiento, desorden medioambiental y falta de planificación,
han llevado a la academia, a una pobreza visual que afecta al visitante y a
todo aquel que tiene la osadía de acercarse a la universidad. La periferia del
campus universitario se ha convertido en tierra de nadie, donde impera la ley
del desorden y en donde grupos violan leyes y reglamentos con la anuencia de
las autoridades y el ayuntamiento del Distrito Nacional quienes se hacen de la
vista gorda.
El irrespeto hacia el peatón es mayúsculo, es casi imposible
circular con normalidad en las horas pico, debido a la gran cantidad de
negocios improvisados que se han instalado en calles, y aceras de la zona
universitaria. Así como la gran cantidad de basura acumulada debido a la
ineficiencia del Ayuntamiento del Distrito Nacional para recogerla con
normalidad, lo que ha provocado la
instalación improvisada de semi-vertederos, los cuales atraen todo tipo de
alimañas como ratones, moscas, cucarachas, entre otros. Todo esto pone en
riesgo la salud de los estudiantes y de toda la comunidad, porque permite la propagación
de mosquitos que transmiten el dengue, la chikunguya y el sika. A esto hay que
sumarle, la ausencia de semáforos en las intersecciones y cruces peatonales
ubicados en las entradas, así como la instalación desmedida de paradas de
guaguas y carros, las cuales han sido improvisadas por choferes del transporte
público, además de la poca vigilancia policial fuera del recinto universitario,
lo que ha permitido que se cometan atracos y robos a cualquier hora del día.
No es posible que las actuales autoridades sigan permitiendo un
espectáculo tan deprimente, en una universidad donde se forjan los futuros profesionales
del país. Si bien los vendedores son personas emprendedoras, padres de familia,
que prefieren buscar su sustento a través del trabajo honrado en vez de
delinquir, no menos cierto es que vivimos en un sistema de derecho con leyes y
reglamentos establecidos constitucionalmente, los cuales deben ser respetados
de igual manera por todos los ciudadanos.
Hay que añadir a todo esto, el riesgo que supone a la integridad
física y mental de las personas, la falta de salubridad e higiene en el manejo
y elaboración de los alimentos, lo cual pone en peligro la salud de las
personas, debido a la inexistencia de una supervisión regularizada por parte de
las autoridades competentes.
La universidad debe evaluar la
posibilidad de aprovechar en su interior espacios como la isletas que están
frente a las Facultades de Arte y economía, pasando por los edificios de Ruina,
Biblioteca Pedro Mir, Vieja Rectoría, Banco de Reservas, Economato, Ciencias y Nueva
Universidad, uniendo la Av. Tiradentes con Av. Alma Mater, diseñando en todo este
trayecto un "Corredor- Cafetería Ecológico", con un estilo
moderno y fresco, a tono con la época, el cual deberá contar con espacios de
lectura, navegación de internet, bien señalizados, con un patronato universitario
que lo administre y en dónde se vendan picaderas, galletas, agua, jugos,
refrescos, sandwichs, helados, etc., todo esto supervisado periódicamente por pro-consumidor
y salud pública para mantener la higiene y calidad.
Es importante qué se tome en cuenta, la posibilidad de integrar
algunas de las personas que actualmente tienen negocios, especialmente aquellos
que llevan muchos años vendiendo de manera informal y que se han convertido
prácticamente en parte de la familia uasdiana.
La UASD debe dar señales inequívocas de ser una universidad que es
parte del progreso del país, ejemplo de pulcritud, orden y limpieza por su
condición de academia de altos estudios y patrimonio de la humanidad.
Debemos tener presente que si queremos relanzar la UASD y
aprovechar su potencial académico y turístico, es vital empezar cambiando su
imagen y recuperando su entorno, esto enviaría un mensaje claro a la sociedad
de que las cosas a lo interno de la UASD están cambiando.
Autor: Ing. Roberto Morales
01.07.2016.-
Blog: Saliendo del Subdesarrollo
http://saliendodelsubdesarrollo.blogspot.com/
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