“LA UASD Y EL MODELO DE UNIVERSIDAD QUE TODOS QUISIÉRAMOS”


La Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), ha estado incidiendo en el conocimiento y el desarrollo de nuestro país a lo largo de sus 476 años de historia, dándole a la sociedad dominicana los profesionales que esta ha demandado para su crecimiento, desarrollo y sostenibilidad en todas las áreas del saber, pero esto no ha sido suficiente. Las demandas actuales laborales de nuestro país, empujadas por los avances científicos tecnológicos, impulsados por la rápida evolución de las nuevas tecnologías, obligan a requerir unos niveles muchos más altos de especialización y la introducción de cambios en los contenidos de las currículas, así como también la inclusión de nuevas carreras acorde a los avances de los últimos años como lo son la bioinformática, la bioingeniería y la agrobiotecnología, por mencionar solo algunas, como alternativas para suplir las demandas y necesidades de un mercado de más de 10 millones de habitantes ávidos de soluciones que les permitan mejorar sus calidades de vida y en dónde la UASD como epicentro del saber, impacta de manera frontal y decisiva en nuestra sociedad, debido al peso que le confiere, poseer una envidiable matrícula de más de 200 mil estudiantes, 3500 maestros y alrededor de 5000 empleados impactando directamente en el desarrollo de nuestra nación.
Si nos remontamos a sus orígenes, sería importante señalar que su génesis como Universidad, le fue concedido mediante de la Bula Papal, “In Apostulatum Culmine, por el papa Pío V, naciendo con una concepción colonialista con fuertes elementos del modelo de universidad medieval, del siglo XI, exportado por los conquistadores españoles e implementado por la Iglesia Católica, a través de los Frailes Franciscanos en todos y cada uno de sus institutos de enseñanza que luego fueron convertidos en universidades. De esta manera nace la primera Universidad del Nuevo Mundo en la Isla de La Hispaniola,  “La Universidad Santo Tomás de Aquino”, bajo un modelo de universidad que respondía específicamente a los intereses de la corona, es decir, al Estado español y los jerarcas de la Iglesia Católica de ese entonces.
La universidad que tenemos actualmente, sufre una transformación en su modelo, después de la invasión norteamericana del año 1965, gracias a las conquistas del Movimiento Renovador, influenciado este movimiento a su vez, por el Movimiento Universitario Argentino de Córdova, cuyo modelo fue extrapolado a la UASD, llegando con ello la autonomía universitaria. En ese entonces se buscaba un modelo de universidad que expresara todas las manifestaciones, fueran políticas, filosóficas o de cualquier naturaleza. Además, se luchaba para que la administración de la universidad fuera compartida de manera proporcional entre maestros, empleados y estudiantes.
Hoy 51 años después, encontramos la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), entrampada en un laberinto burocrático y de trabas personales que le impide avanzar más allá de las fronteras que delimitan su fuero y autonomía universitaria, languideciendo, sin un modelo de gestión eficiente que le permitan reinventarse y ser autosostenible con los recursos que recibe, logrando además crear nuevas fuentes de generación de ingresos que le permitan su sostenibilidad, todo esto a pesar de poseer el inventario intelectual más completo que posee el país, al contar en su matrícula con una gran cantidad de eruditos y profesionales con especialidades y maestrías que institución alguna de enseñanza superior pueda poseer en nuestro país.
El modelo de universidad actual de la UASD, salvo algunas mejoras estatutarias que se han implementado, reposa básicamente en el viejo modelo implementado gracias a las transformaciones impuestas, producto de las conquistas del Movimiento Renovador, pero que en la práctica, y en su accionar distan mucho de lo que fue la concepción original, enfrentándose a sí misma, tratando de redescubrir cuál es su verdadera misión y visión de cara al Siglo XXI y de si los objetivos que se plantearon después de la invasión de 1965, son los mismos de ahora.
Desde esa época hasta nuestros días, el mundo ha avanzado de manera vertiginosa las tecnologías de la información, la robótica, la biotecnología, la nanotecnología, han marcado las pautas que junto a otras ciencias direccionan al mundo de hoy. La UASD debe urgentemente adentrarse en lo que es una verdadera revolución científico-tecnológica, donde la investigación, la innovación sean parte de su día a día y de su filosofía universitaria, ya que la ausencia de I+D es muy notoria en el modelo actual.
Actualmente las tecnologías de la información exigen que las instituciones se vayan modernizando y requiriendo un mayor nivel de competitividad acorde a los rápidos cambios y transformaciones que están provocando los avances tecnológicos, los cuales han cambiado incluso hasta el comportamiento de las sociedades que ahora se han vuelto dependientes de los teléfonos inteligentes, la educación virtual y el acceso en tiempo real al intercambio de información en cualquier parte del mundo.
La UASD está compelida a convertirse en nuestro país en el motor de nuestra sociedad, transformándose en una universidad vanguardista, donde la investigación, la innovación y la creatividad sean el modelo que prime, provocando una ruptura en su concepción, la cual sirva de beneficio a la sociedad dominicana, ayudando a que esta evolucione y pueda migrar, de ser una universidad mayormente docentista y extensionista a ser una Universidad de la sexta ola.
La UASD debe colocarse del lado de la realidad actual y desapegarse del pasado, asumiendo sólo como un referente histórico, que sirva de precedente a la realidad actual, utilizando la prospectiva tecnológica para colocarse en capacidad de predecir el futuro de la ciencia, la tecnología, la economía y la sociedad, pudiendo identificar tecnologías emergentes que, puedan producir mayores beneficios económicos y sociales, para así de esta manera crear las bases para la implementación de nuevos modelos, que sirvan de entrada a las grandes transformaciones que se están suscitando en un mundo globalizado, teniendo bien claro que el capital humano es la fuerza que determina la generación de riquezas necesarias para poder alcanzar las metas sociales y de desarrollo.


Es importante precisar que para la UASD poder implementar estas transformaciones, deberá contar con un capital intelectual actualizado, por lo que deberían seleccionarse entre los mejores profesionales y ser enviados a especializarse en diferentes partes del mundo, para así, poder conocer de los avances que se producen al día de hoy, tomando en cuenta que el conocimiento no es estático, sino que evoluciona y en nuestros tiempos lo hace a una velocidad impresionante. La universidad debe prepararse para que en los próximos años pueda implementar una verdadera revolución científico tecnológica, que pueda servir de modelo para los demás centros de enseñanza superior en nuestro país y porque no, de nuestra región.
La Universidad debe incluir en su modelo de gestión, la innovación y el emprendimiento, estableciendo vínculos Universidad-Empresa-Estado, que le puedan ayudar a definir las verdaderas necesidades de gestión del capital intelectual y al mismo tiempo garantizando la colocación laboral de los recursos que cree la universidad a través de sus egresados, creando sinergia y generando los recursos humanos que el sector productivo del país necesita, que le permitan obtener tecnología de punta a través de acuerdos con el sector privado, redundando todo esto en un mayor clima de modernización y crecimiento de la academia.
La sociedad dominicana requiere que la UASD sea una universidad innovadora, emprendedora basada en estándares de calidad que defiendan permanentemente el Medio Ambiente y los Ecosistemas Naturales, es decir, una universidad verde, enfocada en la reducción del papel y se plantee seriamente el tema de la virtualización del conocimiento.
No en vano muchos plantean a viva voz que como ande la Universidad Autónoma de Santo Domingo, así andará el país, por lo que urge su inmediata transformación y rápida salida del anquilosamiento en el que se encuentra, retomando inmediatamente su vinculación directa con la sociedad, enfocándose en la búsqueda de soluciones a los diferentes problemas sociales que le afectan y marcando distancia de un modelo docentista, heredado del acuerdo de Córdova y parido después de la revolución de 1965 que si bien en su momento histórico logró su cometido, en la actualidad es una barrera que impide la transformación y modernización de la universidad y por ende su transformación a un modelo universitario del siglo XXI.
Autor: Roberto Morales

Septiembre, 2016

Comentarios