TRUJILLISMO, UN ESTILO DE VIDA DE QUIENES HAN MANEJADO EL PODER DESDE SU AJUSTICIAMIENTO HASTA NUESTROS DÍAS




El pasado 30 de Mayo se celebró un aniversario más del ajusticiamiento del último tirano del siglo XX en la República Dominicana. Como es normal y como si se tratara de una fecha carnavalezca se ponen de moda en los medios de comunicación cientos de artículos y documentales que hablan sobre la vida de tan enigmático personaje y sobre el cual se plantean increíbles e innumerables relatos dignos de inspirar a escritores y cineastas.

En verdad, es muy difícil que el trujillismo desaparezca de la vida política dominicana, por la razón de que él mismo está presente en el recuerdo de muchos de nuestros “ilustres ciudadanos”, tales como: “Empresarios, líderes del transporte, líderes de sindicatos, líderes religiosos, alcaldes, senadores, diputados e incluso ex presidentes, todos ellos mancomunados por un denominador común: Aferrarse e intentar eternizarse en el poder por los siglos de los siglos borrando de sus memorias la palabra alternabilidad.

El ex presidente Joaquín Balaguer gobernó el país durante 22 años, recientemente lo hizo el ex presidente Leonel Fernández durante 12 años, este último artífice del acto de magia más sorprendente que se haya realizado jamás en la República Dominicana, como lo fue, crear un déficit fiscal de más de RD$187,000 millones de pesos en tan solo 7 meses durante el año 2012. Todo esto con el fin de mantener su partido en el poder y con ello la estructura que había creado para su posible regreso en el 2016 ó en el peor de los casos, tener el control del poder como muchos le señalan frecuentemente.

La ambición desmedida de todos estos “nobles ciudadanos”, los ha llevado muchas veces a un accionar contrario a la ética y la moral, con el único fin de enriquecerse y perpetuarse en el poder, sacrificando toda una pléyade de jóvenes dominicanos ilustres y honestos, hambrientos de darlo todo por su país, obligados por omisión a quedarse vegetando en las sombras, relegados a un segundo plano, inmunes ante esa vorágine de poder que lo contamina todo y en donde la corrupción, tráfico de influencias, nepotismo, han llevado el país a un descreimiento en la política y una desconfianza generalizada del Estado, la Justicia y los organismos llamados a mantener el orden y proteger el ordenamiento jurídico de la nación.

Ante un cuadro tan desolador y en donde la justicia rehúye a cumplir su rol de investigar los hechos, amparándose en subterfugios jurídicos para obstruirse a sí misma, intentando confundir e incidentar el debido proceso, es pertinente pues, plantearse las siguientes interrogantes las cuales ponen de manifiesto actos trujillistas con y sin conocimiento de causa.

¿No es trujillismo, cuando desde el poder se convoca al Consejo Nacional de la Magistratura y se seleccionan jueces que respondan al interés personal de aquellos que los proponen (sin menoscabar su capacidad moral o intelectual)?

¿No es trujillismo, incentivar el bipartidismo al crear trabas y desequilibrios entre los partidos y organizaciones emergentes obligándolas a servir de bisagras políticas, debido a que se les obliga a participar en los procesos en condiciones desiguales tanto social como económicamente?

¿No es trujillismo, crear una ley de partidos que responde simple y llanamente a las ambiciones personales de los líderes de los 2 partidos mayoritarios que disfrutan del control de ambas cámaras legislativas?

¿No es trujillismo, que senadores y diputados sirvan simplemente de sellos gomígrafos debido a que la mayoría de las veces los proyectos no son leídos porque hay que seguir la línea del partido y el que diga lo contrario simplemente es expulsado de sus filas?

¿No es trujillismo, un país donde los jefes policiales adelantan sentencias de muerte (muchas veces con toda su razón) a posibles sospechosos, violando el Art. 14 del Código Procesal Penal dominicano, además del Art. 37 de la Constitución dominicana que prohíben la pena de muerte?

¿No es trujillismo, que no se le pregunte al pueblo si está de acuerdo en hacer concesiones que podrían afectar al medio ambiente y su salud, y los gobiernos simplemente hagan contratos onerosos para enriquecerse como por ejemplo el contrato de la Barrick Gold?

El trujillismo no puede seguir manejándose como una moda o una pasarela donde cada año todos quieren escribir y declararse más anti trujillistas que sus ajusticiadores, cuando en realidad, con su comportamiento hacen una clonación exacta de las acciones de este sátrapa, justificadas en un reelecionismo heredado que los obnubila y los embriaga en un aura de megalomanía egocéntrica.

La Era de Trujillo fue una época marcada por el autoritarismo, la represión a toda oposición y el culto a la personalidad; el país perdió miles de sus hijos que fueron torturados y asesinados por la dictadura. Trujillo mantenía el control a través del miedo, el clientelismo y la frecuente rotación de tareas, inhibiendo el desarrollo de sus seguidores personales que vivían bajo su sombra.

Los dominicanos jamás deberíamos permitirnos volver a una época tan oscura y de tanto dolor que ha quedado marcada en la memoria de todos aquellos que les toco vivir en tan nefasta era y que hoy nosotros las nuevas generaciones repudiamos con todas nuestras fuerzas.

Autor: Ing. Llury Morales
Ingeniero en Sistemas. Actualmente Estudiante de Derecho y Ciencias Políticas UASD. Presidente del Movimiento Socialista Unidos por el Cambio..!!
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