La Izquierda Política de la República Dominicana,
envejece y se resiste al relevo generacional al igual que los partidos tradicionales
de derecha, siendo afectada por la epidemia del reelecionismo, virus mortal de resistencia
a la renovación política que les ha contaminado impidiéndoles tener una
posición común, basada en la coincidencia ideológica y política que pueda
fortalecerla y presentarla como una opción de poder, de principios éticos y
morales, con objetivos claros y bien definidos de cambios a la sociedad
dominicana, posicionándose con buena perspectiva en la actual coyuntura.
Como sabemos, el tiempo pasa, el brillo, la
fuerza y la belleza que distinguía a los jóvenes valientes de izquierda, aguerridos, muchos de ellos intelectuales brillantes,
fueron durante años los principales protagonistas de todas las luchas
reivindicativas a favor del pueblo dominicano.
En el esplendor de su generación por sus
ideales, muchos perdieron a familiares y
amigos, unos torturados, otros desaparecidos, en medio de sangrientas
dictaduras y gobiernos totalitarios, donde el hecho de tener pensamientos e
ideas contrarias al gobierno, automáticamente eran acusados de pertenecer a la
“izquierda comunista”, lo cual era una inminente sentencia de muerte. Manolo
Tavares, Amin Abel Hasbun, Narciso Gonzalez, Amaury German, Orlando Martinez y
cientos de combatientes son ejemplos históricos.
Hoy en día sus rostros reflejan el efecto y
los estragos que la edad ha ido provocando en cada uno de ellos. Año tras año, estos
líderes se han ido apagando con el pasar del tiempo, debido a la rápida evolución
de un mundo que cambia constantemente, del cual, la tecnología ha influido
considerablemente. Si bien es cierto que estos han sido y serán siempre héroes históricos
de nuestra patria, no menos cierto es que, hasta la actualidad e
independientemente de las formas y los métodos que hayan utilizado para el
acceso al poder político, han sido derrotados y avasallados por una derecha que
“siempre los ha vencido políticamente”, mientras siguen aún entrampados en el
sectarismo, la dispersión y sin una táctica acertada para cambiar la correlación
de fuerzas.
Los viejos liderazgos de la izquierda dominicana,
deberían dejar de aferrarse a viejos paradigmas y deponer posiciones radicales
abandonando la mala práctica de maniobrar constantemente por ser las
principales figuras que encabecen los procesos de cambios y transformaciones en
la sociedad dominicana, deben darle curso a la juventud, pues es la fuerza
fundamental para producir los cambios sociales.
Los jóvenes de izquierda del Siglo XXI, deben
dejar de ser relegados a un segundo plano y por el contrario adoctrinarlos,
empoderarlos y abrirles medios y espacios para que juntos al viejo liderazgo
puedan estructurar y articular un nuevo proyecto político de izquierda,
socialista, incluyente, basado en el pensamiento del más grande revolucionario
de la historia: Jesucristo y seguir la trayectoria del padre de la patria Juan Pablo
Duarte.
Es de suma importancia que la izquierda
comprenda que debe renovarse, presentar nuevas caras con propuestas frescas,
coherentes, a tono con las nuevas corrientes ideológicas que encabezan los
nuevos procesos revolucionarios en toda Latinoamérica y el Caribe. Estos cambios no significan, que estos líderes
cedan sus espacios, que se han ganado a un costo de sangre y fuego o que desaparezcan
del escenario político, No, ellos son parte fundamental de este proceso, ahora
bien, deben entender que las revoluciones que se están llevando a cabo en Venezuela,
Bolivia, Nicaragua, Ecuador, Uruguay… son revoluciones sociales y tecnológicas
e ideológicas, han sido llevadas a cabo en medio de la era de la información y
el conocimiento, lideradas por una nueva generación que ha demostrado que es
posible en nuestro siglo, establecer procesos revolucionarios en nuestros
pueblos que beneficien realmente a las grandes mayorías, tradicionalmente
marginadas por los sectores de poder (La oligarquía criolla y el capital
imperial).
Ahora bien, no necesariamente la realidad de
estos pueblos es la realidad del pueblo dominicano, nuestro pueblo, aguerrido y
luchador, un pueblo especial, es un pueblo de paz, lleno jóvenes que esperan
con ansias poder recibir la oportunidad política de manos de estos ilustres
personajes de la izquierda dominicana, los cuales hicieron su aporte en la
época y el momento que les toco vivir, pero que en la actual coyuntura
política, se hace impostergable preparar una nueva generación, a la cual, le
tocará gobernar debido al deterioro institucional, ético y moral de la derecha,
por lo que esta nueva izquierda debe estar preparada para poder asumir la
responsabilidad de concientizar a un pueblo que por años ha sido engañado,
acostumbrado a vivir de regímenes de derecha que los han mal acostumbrado a una
pseudodemocracia que solo ha servido para aumentar significativamente la brecha
entre ricos y pobres.
Un suceso que se ha estado dando en los
últimos años, es que algunos líderes de la derecha se venden como de izquierda,
difícil de creer pero cierto, además, te encuentras a burgueses de clase alta,
intentando colarse y apoderarse del liderazgo de la izquierda, ya que sus
principales protagonistas son incapaces de ponerse de acuerdo y seleccionar a
un candidato que represente verdaderamente los intereses del pueblo dominicano.
En estos momentos la izquierda
debería estar inmersa en un proceso de adoctrinamiento y actualización, reinventando
su propia revolución socialista dominicana, dotada de sus propias estrategias,
articulando un discurso que pueda calar en la sensibilidad de un pueblo que ha
perdido las esperanzas en los actores políticos de derecha y que participan de
la política simplemente de una forma clientelar, esperando la llegada de cada
proceso electoral a ver si logran colarse en la primera oleada y engancharse en
un puesto en la administración pública, conscientes de que si no lo logran,
tendrán que esperar por lo menos cuatro años más de calamidad y desesperanza.
Ya es el momento de una nueva izquierda, la
Izquierda del Siglo XXI, liderada por jóvenes que utilizan la tecnología como
medio, que entienden el valor, la lucha y el sacrificio de nuestros líderes
históricos en el proceso democrático de nuestros país, que entiende que en la
actualidad los modelos políticos tradicionales han sido un fracaso y que nosotros
los dominicanos debemos inventar nuestro propio modelo de sociedad, diseñando
un modelo de revolución de izquierda a la dominicana que perfectamente podría
llamarse “La Revolución Justa Para Todos”, la cual pueda producir los cambios
mediante el método pacifico con la participación popular de todos los sectores
y clases oprimidas por los capitalistas dominicanos (oligarquía criolla) y el
imperialismo norteamericano.
Ing.
Roberto Morales
19.05.14
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